GERMÁN DOIG KLINGE
La revolución tecnológica ha llegado. Despertando mayor interés y preocupación.
Tecnófilos: Defensores de la Tecnología. Tecnófobos detractores del desarrollo de la Tecnología.
El tecnocentrismo es un hábito inconsciente y muy extendido que consiste en abordar los problemas desde la tecnología.
La tecnología es un producto de la inteligencia humana y como tal debe ser valorada con realismo y amplitud para ser puesta al servicio del ser humano y de su desarrollo integral según el Plan de Dios.
Bacon propuso una utopía donde la técnica era el saber supremo y el centro de toda la vida social, el siglo XX ha visto cómo se ha reeditado ese viejo sueño tecnocentrista. Pero a diferencia de los tiempos de Bacon y Campanella, esta nueva utopía tecnológica no sólo tiene defensores, sino también serios detractores que lejos de anhelar la realización de esta utopía buscan la manera de evitarla.
Las utopías son realizables. La vida marcha hacia las utopías. Y quizá comienza un siglo nuevo; un siglo donde los intelectuales y la clase cultivada soñarán los medios de evitar las utopías y de retornar a una sociedad no utópica, menos "perfecta" y más libre».
La tecnología como obra humana debe estar siempre al servicio del fin del ser humano.
En el fondo de lo que se trata es de darle a la tecnología su lugar correcto en la vida del ser humano, afirmando claramente su dimensión ética. (4 de agosto de 2000) Entrevista a Doig Klinge.

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